La segregación en nuestro sistema educativo






 En los últimos años se han multiplicado los estudios de Europa de política educativa que analizan el fenómeno de la segregación escolar. 

 Con respecto a este fenómeno, y con la ley LOMCE, apareció la posibilidad de poder concertar colegios por sexo, aunque no debemos olvidar que en nuestro sistema educativo se proporcionan otras maneras  de segregación que se fueron consolidando en la última década. 

 

Las dimensiones de la segregación:

La segregación por sexo. Comenzaremos precisamente por la segregación que ha alarmado a amplios sectores de la sociedad y de la comunidad educativa. Si nos remontamos a los orígenes de los sistemas educativos encontramos siempre grandes desigualdades tanto en la escolarización del alumnado como en el contenido escolar; eran muy pocos los que tenían acceso y siempre una parte seleccionada de la sociedad por su origen social, pero además encontramos que la educación de los dos sexos se especializaba y justificaba mediante la distinción de roles sociales. Así las jóvenes se preparaban para las tareas relacionadas con el hogar. Esta ideología sexista, que fue dominante durante siglos, condenó a la mujer al espacio privado y al encierro doméstico.

Y aunque es cierto que la enseñanza mixta no garantiza la coeducación, aunque evidentemente la segregada la descarta; coeducar consiste en educar evitando discriminaciones de género en el trato y en la orientación intelectual, moral y profesional.

 

La segregación étnica. Esta segregación escolar específica resulta de la concentración de la población inmigrante o de minorías étnicas en determinadas escuelas.

En España, al contrario que en muchos países no se ha producido un proceso de concentración en determinados barrios. Frente al caso francés, en nuestro país no se han erigido nuevo barrios exclusivamente para ellos, lo que han hecho es ocupar las viviendas vacías de los barrios con precios más bajos, configurando así un complejo mosaico étnico y cultural. También podemos encontrar minorías en las zonas rurales en las que encuentran empleo básicamente en las tareas agrícolas.

Quizá lo más destacado del proceso migratorio haya sido su concentración temporal, prácticamente el grueso de la población inmigrante llegó en poco más de una década, entre finales del siglo pasado y la actualidad, con el freno que ha supuesto la crisis de los últimos años.

 

La segregación académica. La segregación académica es la terminología utilizada por la OCDE para designar la segregación de alumnos por su nivel de competencias escolares. 

En España la LOGSE extendió el sistema comprehensivo mediante la enseñanza obligatoria hasta los 16 años estableciendo dos etapas: primaria y secundaria. A pesar de su concepción comprehensiva, la segregación académica la podemos encontrar de diferentes formas.

La primera, se institucionaliza por la existencia de trayectorias de escolarización establecidas en base a la diferencia de nivel escolar de los alumnos (early trac- king). En España encontraríamos los PCPI, una vía por la que los alumnos abandonan la ruta común con el supuesto fin de favorecerles y reconducirlos posteriormente hacia la formación profesional. Según Flecha et al. (2011): “La separación del alumnado en distintos itinerarios antes de los 16 años se asocia a un incremento en las desigualdades en su rendimiento escolar”. Además, la segregación a edades tempranas tiene un efecto negativo sobre los hijos de las familias con un bajo nivel socioeconómico.

 

Finalmente, la segregación social. Constituye la separación de alumnado por su origen social. Es globalmente elevada, tanto a nivel de zonas como de centros, como muestran las comparaciones internacionales. En nuestro caso existe una correspondencia demasiado señalada entre los centros y las clases sociales que asisten a los mismos. Los centros privados no concertados acogen en su mayor parte a las clases altas y medias altas, incluyendo profesionales altamente cualificados. Los centros concertados acogen mayoritariamente población de clase media, mientras que entre los centros públicos encontramos algunos que atienden a la clase media y otros a la clase trabajadora y con menos recursos. 

 

La intersección de la segregación étnica, académica y social muestra que los fenómenos segregadores son acumulativos y justifican el uso genérico de la expresión “segregación escolar”.

 

Cita APA: Andrés Rubia, Fernando. (2013). La segregación escolar en nuestro sistema educativo. In Forum Aragón: Revista Digital de FEAE-Aragón sobre organización y gestión educativa (No. 10, pp. 47-52). Forum Europe de Administraciones de Educación-Aragón.

 

 

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